&.- Entre muchas personas de calidad brillante, algunos con discapacidad y que los hacia diferentes a los demás delicienses, pero que se ganaron el cariño y la admiración de muchos habitantes de esta población, han pasado desapercibidos por los historiadores, quienes han omitido sus nombres, pero es innegable que fueron parte de la historia de este Delicias en donde no todo ha sido dulzura ni tampoco propiedad de quienes nacieron y crecieron en la opulencia.
Manuel GARCIA DAVILA
&.- Entre muchas personas de calidad brillante, algunos con discapacidad y que los hacia diferentes a los demás delicienses, pero que se ganaron el cariño y la admiración de muchos habitantes de esta población, han pasado desapercibidos por los historiadores, quienes han omitido sus nombres, pero es innegable que fueron parte de la historia de este Delicias en donde no todo ha sido dulzura ni tampoco propiedad de quienes nacieron y crecieron en la opulencia.
En esta serie de reportajes que hoy iniciamos, trataremos de llevar a los jóvenes y adultos no muy mayores, pequeñas reseñas de figuras de este Delicias, los del otro lado que no aparecen en registros ni en libros de la historia de nuestra ciudad pero que fueron parte importante en el desarrollo de esta comunidad de alguna manera u otra y que enriqueció el quehacer cotidiano de esos ayeres entre 1980 y hasta la actualidad, donde hay personajes que todavía viven y muy conocidos en Delicias, no por su dinero o apellidos, más bien por su sencillez y trato con pepe pueblo.
Iniciaremos con Salomé Fernández Talamantes, un gran señor que con su forma de ser gano adeptos, el aprecio de la gente y gracias a su forma de ser se ganó incluso el aprecio de representantes de los medios de comunicación ya que llego a colaborar más bien en algunos de ellos, sobre todo de un semanal de Juárez llamado La Crónica.
Un comerciante muy activo quien de manera conjunta con su esposa Graciela, tuvieron una de las menudearías primeras de la ciudad, estando ubicada en la avenida Rio San Pedro, donde el plato fuerte del restaurante era el pollo preparado de diferentes formas, incluso el slogan en sus vitrales era de “Si quiere llegar a Viejito, coma pollito “, pero además de un rico menudo los fines de semana desde muy temprana hora en lonchería Salo.
Salomé Fernández Talamantes tuvo el infortunio de una pronta demolición del local que albergaba la lonchería, pero además de la prescripción médica de descanso para la señora Graciela, quien decide ya no laborar y deja el negocio a las empleadas como la liquidación de ley quienes prácticamente terminaron con el negocio ya que al final de cuentas debió de cerrar sus puertas aproximadamente un año después. Porque la finca iba a ser demolida
El ánimo de la familia Fernández, que se logró sobreponer a situaciones adversas por el trabajo principalmente de la señora Graciela, quien administraba el negocio y cuya estructura del edificio estaba condenada a ser demolida.
La simpatía que irradiaba Salomé le valió el aprecio de mucha gente y comenzó a llevar a cabo la rifa de pollos ya preparados con tortillas y salsa, esto lo hacía principalmente en las cantinas, donde tenia muchos amigos y en ocasiones eran varias las rifas que lograba con su tradicional grito de “el numero ganón “ ya que traía una botellita de madera con varios dados.
Fue fabricante “inventor” de vinos, también de perfumes, periodista, comerciante y una serie de oficios ya que fue siempre muy inquieto y creativo, pero las cosas no siempre salían tal y como se lo esperaba.
Estuvo en Ojinaga para hacerse cargo de dos bares, pero su lugar estaba en Delicias, regresando para ocuparse en ese entonces a ser corresponsal del periódico La Crónica de Ciudad Juárez, de manera conjunta con Saúl Tarango Maldonado, representante de ese medio de comunicación en esta ciudad.
Fue integrante del grupo AMIGO (Asociación de Medios Informativos y Gráficos Organizados) fundado cerca de los años ochenta, en las instalaciones del periódico El Informador de Efraín Payan Meléndez y ahí se reunieron periodistas como Argelia Arizpe de Valenzuela, Catita Villalobos, Domingo González Villaseñor; Elva Hinojosa Berrueto, Jesús López Muñoz, Jesús Jiménez Andrade; Héctor Fierro Chavarría, Manuel García Dávila; Efraín Payan Meléndez, y desde luego Salo, entre otros.
Salome y su esposa Graciela tuvieron solamente hijas, de nombres Josefina, Maritoña, Isabel, Carmen, Ana (DP) Bambi, Patricia y Claudia.
Salome Fernández Talamantes falleció el 14 de Diciembre del 2018, dejando un recuerdo imborrable para muchos delicienses que todavía lo recuerda y lo ligan con “el número ganón “o el rico caldo de pollo con arroz en la lonchería Salo.