Nadie pensaría que un hombre poderoso y con dinero como Donald Trump podría declararse en bancarrota. Pero sí ha ocurrido, y no solo una vez. El presidente electo de Estados Unidos lo ha hecho varias veces. Sus empresas han recurrido a este recurso para protegerse de sus acreedores en momentos determinados.
Cuando en 2016 su contendora electoral, Hillary Clinton, lo señaló por haber asumido la bancarrota en seis oportunidades, Trump replicó que eran cuatro. La verdad, como lo indicaron The Washington Post y Politifacts, es que le falto sumar otras dos.
El mandatario que amenaza a México con medidas como aranceles a las importaciones de productos mexicanos, el cierre de fronteras y el envío de tropas ha tenido problemas serios con sus finanzas.